miércoles, 5 de septiembre de 2007

Piscinas

Si eres de los que quieren instalar una piscina en tu jardín pero te da miedo que el mantenimiento sea muy laborioso o que, a la larga, su conservación se convierta en un engorro, se acabó tu problema. A continuación, te presentamos una serie de precauciones y requisitos que has de tener en cuenta a la hora de embarcarte en este proyecto.

Si cada vez hay más personas que disfrutan en su hogar de la comodidad de tener una piscina propia, es porque los precios van disminuyendo, las calidades se refuerzan y las obras de instalación no presentan una excesiva envergadura.

Primeros pasos
La condición primordial es contar con una superficie lo suficientemente amplia para poder construir una piscina. El área recomendada es de, aproximadamente, 8 x 3 metros, ya que, aunque la piscina en sí no ocupe tantos metros, tendremos que reservar espacio para la depuradora.

Una vez solucionado este tema, deberemos ocuparnos de seleccionar los materiales necesarios para la construcción de la piscina. Aquí influye el gusto de cada uno pero, sea cual sea la opción elegida, tienen que ser de buena calidad para así garantizarnos una duración prolongada.

Los materiales más habituales para levantar nuestra piscina son los ladrillos o el hormigón. En este último caso, más frecuente, el proceso es muy sencillo. Tras realizarse la excavación, se coloca una capa de grava en el fondo y, a continuación, se realiza la estructura de hormigón.

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